Estamos a principios del nuevo milenio. El futuro delante de nuestras caras pero con el pasado aún reciente. Las cosas empiezan a ir muy rápido, quizás más de lo que podamos asimilar. Todo el mundo va muy a tope. Las nuevas modas vienen pegando fuerte y la cultura hip-hop empiezan a verse por todos lados.
Te pones los cascos y sales a la calle. Con el volumen de la música al máximo empiezas a moverte. Las paredes llenas de graffitis. Los demás con sus pintas y tú con las tuyas. Ellos caminan, tú fluyes. Las ruedas de tus patines te hacen sentir el suelo como nunca antes. Pero tú no quieres estar en el suelo. Quieres saltar, hacer piruetas y que tu arte llegue a lo más alto, a poder ser aquel edificio que se pierde en las nubes. Pero no eres el único en esta búsqueda y no todos te ayudarán. Ajústate los patines, pilla más pintura y sube el volumen de la música., porque esto empieza.
Voy a hablar de un juego que llevaba persiguiéndome desde que SEGA lo sacó allá por el año 2000: “Jet Set Radio”. Lo jugué este año (2019) en Steam, y a pesar de los años, las ganas de hincarle el diente eran las mismas que en su día. Sin embargo, las expectativas pueden ser traicioneras.
“Jet Set Radio” es título muy de su época. Somos un chaval del que no recuerdo el nombre pero que tampoco importa mucho. Estamos en Tokio y la gente va muy a tope con eso de hacer piruetas por la calle e ir pintando todo lo que se encuentra. Hay bandas rivales que se pelean por las diferentes zonas de la ciudad. A los pocos minutos de empezar nuestra aventura, formaremos una pequeña banda y nuestro objetivo será ir conquistando territorios a golpe de graffiti. Iremos reclutando personajes para nuestra banda, cada uno con sus pros y contras (más velocidad, más estilo a la hora de hacer graffitis…). Y ya que estoy hablando de personajes, no puedo dejar de lado el que para mí es el mejor de todos: El profesor K. Es el narrador del juego entre fase y fase, y DJ oficial de la emisora pirata que escuchan las bandas de patinadores. Tiene un carisma enorme y nos habla directamente a nosotros, los jugadores, mientras hace aspavientos con las manos.
La estética y ambientación son muy buenas, consiguiendo sumergirnos en la cultura urbana de los grafittis y las bandas de patinadores. Las ropas de los personajes, sus movimientos y gestos refuerzan el estilo malote/molón. Pero, sin lugar a dudas, para mí el mejor elemento de todos es la música. Desde el primer minuto nos deja claras sus intenciones y si te convence un mínimo, ya estás dentro del juego. Aquí os dejo un enlace con los temas que suenan en el juego.
Por desgracia, “Jet Set Radio” tiene unas cuantas cosas que no gustaron. La primera es la historia: El juego no parece darle mucha importancia y quizás tampoco haya que dársela pero no dejo de pensar que, con lo bien ambientado que está todo, es una pena no tener una historia un poco más trabajada. No estoy pidiendo que la historia me vuele la cabeza con tramas complejas y personajes profundos pero llegó un punto en el que la historia no me importó e hice las misiones por ir subiendo la dificultad del juego.
La segunda cosa que no me gustó fueron las fases. No hay mucha variedad en las mismas y pueden aburrir un poco. No considero ésto un error grave, porque el juego parece estar diseñado desde el principio para máquinas recreativas (sistema de puntuación, la posibilidad de repetir para mejorar tiempos…) y al tener en juego en consola/ordenador, este tipo de juegos pueden fallar un poco. Cuando empecé el juego, le dedicaba varias horas seguidas pero al ver que las fases se iban repitiendo, decidí dedicarle un par de niveles por sesión y cambiar de título.
El último y el más preocupante para mí, es el control. Se nota que la idea que tenían era novedosa y aunque el control no falla en los primeros desafíos, cuando vamos avanzando el nivel de precisión aumenta y los controles no ayudan. Hay determinados movimientos que vienen predeterminados y en saltos y acrobacias clave para superar el desafío suponen un obstáculo.

Debemos ser rápidos pintando…

…de lo contrario, tendremos que correr y brincar.
A pesar de los años y de los aspectos negativos, recomiendo este juego. Tanto para los nostálgicos de aquellos días de principios del nuevo milenio como para los que en su día nos quedamos con las ganas de jugarlo. Es bastante bueno en pequeñas dosis; un par de fases y a otra cosa.
Y vosotr@s, ¿conocíais este título de SEGA? ¿Eráis más de SEGA o de Nintendo? ¿Os molaba patinar y ese tipo de cosas locas de la “cultura urbana”? Responden en los comentarios.
Un saludo a todo el mundo ^^